Música para el alma

La familia de May es de un pueblo a 100 km de San Luis Potosí, en la frontera sur del desierto chihuahuense. Se llama Cruces. 

Mi suegro esta repartiendo su herencia en vida, (me imagino que para evitar problemas cuando muera), sus hijas una agroecóloga (May), y la otra (fitotecnista), (y las únicas a las que les interesa el rancho), heredaron la tierra. Esta cuarentena nos hemos dedicado a sembrar y trabajar el rancho, a veces con el apoyo de mi suegro, a veces luchando con su terquedad.

Así que desde mediados de marzo May ha estado allá, y yo vivo a caballo entre Cruces y San Luis.

Hay dos caminos para llegar a Cruces, uno es 10 km mas corto pero esta lleno de curvas y a excepción de un pequeño tramo todo lo demás es carretera estatal de dos carriles. El otro es casi todo por la carretera federal a Zacatecas, y solo un tramo de 30 km de carreta estatal, el inconveniente es que hay un pequeño tramo en la frontera entre San Luis y Zacatecas de 6km de terracería. Yo prefiero este camino, la terracería esta bien y el camino discurre entre parcelas y pasa a mitad de una ex hacienda.

Cuando voy con May, ya sea a verla, ir por ella o llevarla de regreso, intento salir de aquí lo mas temprano posible, con la intención de llegar a esos últimos treinta kilómetros cuando esta amaneciendo. Lo hago por dos razones: siempre intento llegar lo suficientemente temprano como para acompañar a mi suegra al molino, (nunca lo he logrado), nunca me quiere llevar por que dice que ir al molino es cosa de mujeres. La otra, es por que cuando va amaneciendo pongo una lista de reproducción en Spotify.

Cruces

Empezamos con una oración, cuya música es hermosa, y que es especialmente bella para mi. 

Esta una canción que es como el canto de las gaviotas para los elfos de Tolkien, la canción de un mar que no muere dentro de mí.

Un fragmento de opera que adoro. Que se me de memoria. Que es el más famoso. Que es liberador cantar a todo volumen mientras va amaneciendo y la neblina se levanta.

Termina con mi canción favorita de mi grupo favorito, hablando de amor.


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