Dilegua, o note!

 Esta cuarentena trajo consigo una tormenta a mi vida, literalmente destruyo mis/nuestros planes (trabajo, boda, departamento). Hace un año aproximadamente iniciamos un negocio, que hemos luchado por mantener y hacer crecer durante esta crisis. May y yo estamos separados, ella esta trabajando en el rancho y yo estoy aquí intentando terminar la maestría y atendiendo el negocio. 

A pesar de la distancia, esta crisis nos ha hecho crecer, ¿Quién diría que la distancia nos haría más cercanos?

Sin embargo, hace tres semanas, no pude más, golpe tras golpe llegue al límite, se cayeron las ventas, los problemas en la maestría siguen y eso retrasa mi titulación, May esta lejos, tenemos muchos problemas para comunicarnos, una vaca tuvo complicaciones en el parto y la perdimos junto con el becerro (y aun no terminamos de pagarla), llego el frio y las vacas bajaron la producción de leche y todavía no teníamos lo suficiente sembrado para darles alimento extra, batallamos para vender lo sembrado. Fueron pequeñas cositas que se acumularon y no pude más.

May me sintió mal y vino. Su terapia fue suave pero efectiva, su compañía es un bálsamo, arreglamos la casa, sacamos cosas que no queríamos, lavamos trastes, salimos a pasear con los perros, me pidió que cocinara para ella (le regresamos a la cocina su propósito, y el Dios del fuego volvió a nuestro hogar y le ofrendamos aceite de oliva, ajo, vino y sal), eliminamos toda la energía acumulada, pasamos horas en la cama haciendo nada mas que besarnos. Sus ojos me trajeron paz, cordura, sus labios esperanza. Pusimos incienso, sahumaríamos con romero, prendimos una vela en nuestro altar, le rezamos a la Virgen de la Macarena, a Santiago y a San Isidro, (los santos de esta casa), les ofrendamos semillas de nuestros cultivos. 

Recupere la calma.

May estuvo aquí  solo 10 días. El universo quiso terminar mi terapia llevándome al rancho. Solo fui un dia. A dejar a May; eso fue suficiente. Vi a mi suegra, (una hechicera blanca muy poderosa, aunque ella no lo sepa y no quiera admitirlo), vi a mi suegro, sentí el aire fresco del campo, vi un coyote y codornices, ningún correcaminos se atravesó en mi camino, caminé descalzo entre los surcos de tierra. Regrese listo.

Regrese aquí. 


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