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Todos los días camino del departamento donde vivo hacia el Paseo de las Delicias, que discurre paralelo a la orilla del rio, camino por dicho paseo hasta que llego a “mi lugar”, (la sexta banca contando desde el final).  Cuando llego a este lugar sigo la misma rutina, me siento, dejo mi mochila, mira a la gente pasar, (me enamoro de todas las mujeres hermosas que pasan); después de un rato de hacer esto, saco mi libreta, un lápiz o una pluma y el estuche de las pipas, cargo la pipa en turno con tabaco, la enciendo y con las primeras bocanadas, comienzo a escribir. Me gusta esta rutina.

Ahora bien, para poder llegar a este lugar, tengo que travesar el Parque de María Luisa. (Es un parque en el centro de Sevilla que es el más importante y que esta hermoso). Es una de las atracciones turísticas más importantes de aquí, por lo tanto, siempre está llena de sevillanos y turistas. Ir observando a la gente también es un buen ejercicio.

Hoy, mientras atravesaba dicho parque, vi a una mujer mayor, alemana, parada a cierta distancia de un monumento, tomando notas en una libreta, de esas pequeñas tipo Moleskine. Mi caminar me llevaba a interponerme entre la mujer y el monumento y se me hizo descortés seguir ese camino, entonces rodee un poco para pasar detrás de la mujer, y al hacer esto observe que la mujer no estaba tomando notas, si no dibujando. Baje un poco el ritmo del paso para ver sus dibujos, en las dos hojas que alcance a ver (en una de las cuales era la que estaba trabajando en ese momento), vi unos dibujos preciosos, coloridos, muy bien realizados, realmente bellos, transmitían algo que todavía no sé cómo definir. Me impactaron de verdad. Y solo los pude ver un instante por que seguí caminando. La mujer no se percato de nada, estaba completamente abstraída en su trabajo.

Mientras continuaba caminando pensé que debería regresarme a tomarle una foto a los dibujos, tal vez a hablar con la artista. Me preguntaba si la mujer seria alguna pintora famosa o si su arte era algo personal. Pero reflexione que, así como a mi me molesta que la gente se acerque a preguntar lo que hago mientras escribo, creo que no hubiera sido agradable para ella que la interrumpiera. 

Decidí no volver sobre mis pasos y seguir hasta mi banca. Y aquí estoy escribiendo sobre el arte de una mujer anónima que me impacto profundamente.

Creo que muchos de nosotros somos artistas, tal vez no todo el mundo busca hacer publico su arte, pero de una u otra manera creo que todos intentamos plasmar la belleza del mundo en nuestras vidas.

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