Bajo la lluvia


El sábado pasado llovió en Sevilla. 

(En lugar de darles una catedra de climatología y meteorología para explicarles por que eso es raro, solo les diré que estoy en un clima mediterráneo y que eso a grandes rasgos significa que las lluvias aquí se dan en el invierno, a diferencia de México donde se dan en verano. Lo demás búsquenlo en internet.)

He visto llover en todos los lugares en los que he vivido. Los verdaderos colores de un lugar se ven después de llover. Y desde que llegue aquí quería que lloviera, por más imposible que eso pareciera, quería empaparme mientras caminaba bajo la lluvia.

El sábado amaneció nublado, muy nublado; todo el día monitoree las nubes para ver si tenían ganas de llover. Hacia un calor bochornoso, que me indicaba lluvia. Pero soy extranjero en esta tierra y este sol, estas nubes y esta tierra me son ajenas.

Tenia esperanzas de que Tlaloc hubiera viajado conmigo y me ayudara un poco, así que decidí salir a caminar más temprano, esperando que mi deseo de lluvia conmoviera al cielo.

No había llegado muy lejos y la esperanza se perdía. Cuando llegue a la Plaza de España las nubes parecían desgajarse, como que empezaba a clarear.

Me fui hacia el rio. Llegue a mi banca y mientras preparaba la pipa, comenzó a llover. El agua escurría entre las hojas del emparrado. Gotas gruesas pero muy espaciadas en tiempo. Así que guardé la pipa y comencé a caminar. No parecía que fuera a llover mucho, cuando me di cuenta de esto regresé a mi banca. Prepare la pipa y disfrute de fumar bajo la lluvia. Solo llovió unos 15 minutos. Pero ese tiempo basto para cumplir mi deseo.



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