Alas y raíces

Hace años cuando empecé este blog que más o menos coincidió con el tiempo en que regrese a la universidad, sentía que tenía alas; quiero decir que estaba abierto a todas las posibilidades, no tenia un rumbo fijo, lo que pensaba en aquel momento era en hacer y probar todo lo que pudiera, esperando que entre tantas experiencias se develara el Camino.

Eran tantas mis ganas de volar que durante muchos años tuve preparada una mochila en el closet de mi cuarto, y ahí tenia las cosas que no podía dejar atrás. Lista para poder partir en cualquier momento.

Empecé a escribir en varias libretas y después inauguré este blog, soñando con ser escritor y tal vez vivir de eso. Cambiar el mundo con mis letras. 

En la universidad me involucre en todo lo que pude, soñaba (sueño) con aprender lo más que pudiera. Creo que mientras más cosas aprendo, puedo ser capaz de resolver más problemas.

Estando en la universidad también descubrí el Taller de Oralidad Artística y Cuentería y con esa maravillosa experiencia sume al escribir, el acto de narrar mis propios cuentos.

Entonces vine a España la primera vez y comencé a vislumbrar lo que en ese momento quería hacer, quería emigrar, estudiar y quedarme a trabajar en el extranjero. En España mis alas estaban más listas que nunca.

Ese viaje a España me cambio la vida en muchos sentidos, me abrió y sigue abriéndome tantas puertas, en México y en el extranjero.

Y de pronto aproveche una oportunidad aun antes de salir de la carrera, trabajaba a medio tiempo en un proyecto que después se convirtió en mi actual trabajo. Un trabajo al que le he dado mucho y que me ha dado muchas cosas buenas, pero también malas.

Y de nuevo estoy en España, estoy aquí no sabiendo si quiero volver a mi trabajo, este viaje no solo es parte de mi formación profesional, es una especie de soborno para que no abandone la nave.

Y aquí es cuando me he dado cuenta que las alas se han ido y he echado raíces. Esas raíces son mi pareja, mi hermana, mi sobrina, mi madre, mis perros, mis proyectos profesionales y personales. Tengo dos ofertas de trabajo en España, justo en el tema de agricultura. Pero eso implica dejar de lado mi doctorado, abandonar mis proyectos de negocios que apenas ahora se iban a empezar a consolidar. Arrastrar a mi pareja conmigo y por un tiempo, congelarla como ama de casa, en lo que ella encuentra como desarrollarse y seguir preparándose. También pensar en traer a mis perros, y en iniciar una nueva vida aquí, literalmente nueva. Casa, muebles, vehículo, etc.

Y de pronto veo que mis raíces pesan mas que mis alas, que a pesar de lo jugoso que son las ofertas de remuneración económica (casi 50% mas de lo que gano actualmente), creo que el sueldo no es lo suficientemente alto como para dejar atrás todo lo que he construido ahora. 

Es raro darte cuenta de lo que significan esas raíces en la vida, de sentirte cómodo con ellas, las raíces dan pertenencia, arraigo, felicidad, permiten construir. Las raíces son el paso siguiente a tener alas, a veces esas alas nos llevan lejos o nos traen de regreso. Ni las alas ni las raíces son permanentes. 
Aparecen o desaparecen dependiendo de las circunstancias. 

Yo creo que mis alas me llevaran de regreso a San Luis Potosí. Y ahí podré seguir echando raíces. No se si las alas estarán guardadas mucho tiempo, pero creo que es hora de dejar que las raíces crezcan.

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