Danger: Happines.
Apenas un momento antes de acostarme, me puse a escuchar música, y de repente me asaltó una sensación de tristeza que de momento no supe explicar; tuvieron que pasar unos cuantos momentos para encontrarle un por que a esa sensación. Era la canción; fue justo en el momento en que escuche la letra, que un recuerdo triste se volcó sobre mi, lo peor fue darme cuenta que el recuerdo no era completamente mío, era un recuerdo de un dolor compartido con una amiga, hacia ya tiempo.
Este episodio me puso a pensar.
Por ciertas circunstancias afortunadas, hay personas y situaciones que me hacen muy feliz en este momento, sin embargo, a pesar de esta ligereza que siento por ser feliz, todo el día he cargado con una opresión en el pecho que hace mucho no sentía (y no, no es un infarto), es esa anticipación casi dolorosa de que algo malo va a pasar, de que tanta felicidad no viene gratis y tiene un precio que solo yo he de pagar.
Cuando se vive mucho tiempo en una soledad, fingida, real, o imaginaria, obligada o autoimpuesta se terminan desarrollando ciertas fobias, ciertos miedos, por ejemplo, a vivir momentos felices. Por que el solitario termina atesorando esos momentos mas que a nada, y sin embargo, esos recuerdos de los días felices, se convierten también en una tortura autoinflingida. Son retazos de sol que iluminan los días, pero que a le vez dañan la vista con su resplandor. Por eso a veces para el solitario es preferible vivir en una calma laxa, que mantenga sus días en un monótono gris que no pueda herirlo.
Volviendo al tema, se, que aunque suene masoquista y autocompasivo, no creo haber nacido para ser feliz; o por lo menos no seré plenamente feliz en bastante tiempo. Y es que la felicidad me hacer estancarme, por lo mismo se que va contra mi naturaleza el estar estático, y por eso cuando el Universo me obliga a moverme, se derrumban de una manera estrepitosa mis días felices, y el proceso de reconstruirme después de eso, es una vía recorrida a paso lento, que sin embargo avanza. Siempre ha sido así, tarde mucho tiempo en entender el por que de estos súbitos y apocalípticos finales. Viví mucho tiempo temiendo ser feliz, sintiéndome culpable por atesorar aquellos momentos. Sabiendo que se acabarían y que me serian cobrados. Eso hizo que acumulara mucho resentimiento con el Universo. Aprendí a vivir diciéndome, aguanta corazón. Claro que esa rebeldía y ese odio me hicieron lo suficientemente fuerte como para seguir resistiendo, y me dedique a intentar ser feliz el mayor tiempo posible; si al final de cuentas tendría que pagar por esos momentos, mas valía buscarlos y olvidar la culpa de atesorarlos. Aun así, tuvieron que pasar muchas mas cosas para que yo entendiera.
A lo largo de los años, he aprendido a reconocer la sensación que precede esos momentos, los cuales empiezan por un momento de extrema y ciega felicidad, seguida de esta sensación en el pecho que ya me es conocida. Siempre he imaginado que es como una tarde de domingo, en la que, ciego de lo que va a pasar, disfruto de un ultimo momento de sol de mediodía antes de que la oscuridad caiga sobre mi.
Esta vez sabia que esto pasaría mucho antes de empezar a sentir lo que se acercaba, esta felicidad y la persona que me la trajo son pasajeras, es parte del trato y es algo de lo que siempre he estado consiente, sin embargo se que se me avisa que mas cosas van a terminar, y no es por alardear, pero creo que esta vez se por donde viene el golpe, es una situación que yo ya veía llegar, y que no osare mencionar, pues a pesar de todo tengo la esperanza de que mis miedos sean infundados,aunque en momentos busco que pase,en el ultimo momento no puedo, le tengo verdadero pavor, y es algo que se ha ido atrasando y como siempre, golpeara acompañada de otras cosas. Me consuela pensar que la escuela esta cerca, y como le dije a un amigo, pase lo que pase, buscare estar tan ocupado para no permitirme pensar ni sentir; pero me he dado cuenta que mi plan tiene un fallo, y es que yo tengo la mala costumbre de pensar de noche, y es de noche cuando no sirve de nada fingir las sonrisas que yo mismo no puedo ver, pues a la soledad de mis noches no le puedo mentir.
A pesar de todo creo que esta vez voy a quedar mucho mas entero después del golpe, y que tengo que desgranar cada segundo de esta felicidad hasta volverlo eterno.
Se me ha enseñado mucho, aprendí que cuando nombro a alguien mi amigo, esa persona entra en la lista de mis oraciones, aprendí que cuando se dice te amo, es para siempre, por que el corazón nunca olvida los nombres que se inscriben en el, pero sobretodo, aprendí que solo debo odiar a aquellos que estén a la altura. Estos episodios de destrucción me han enseñado que cada que me levanto, hay una parte nueva de mi que se levanta conmigo. Se que en la Naturaleza toda destrucción trae cambios, todo es un eterno proceso de renovación, pero no puedo dejar de estremecerme y de preguntarme por que siempre tienen que ser tan violentos y definitivos, pero sobretodo no dejo de pedir que esta sea la ultima vez que pasa, o por lo menos que esta vez no logre derrumbarme.
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