Caminos de tierra seca.

 

 

Hoy recorrí la ciudad, por caminos de petróleo frio y piedra estéril, en compañía de la multivocal cacofonía del reproductor; cuyo único fin, era el de adormecer mis pensamientos.

Avanzaba mirando frente a mi, la sombra que dejaban mis pasos; fue entonces que alce la vista y note que el mundo esquivaba mis miradas. Así puse pausa a la música del reproductor e intente percibir la calle a mi alrededor.

Mis oídos captaron el estruendo de una calle llena de vida y falta de alma, el sonido de pasos sin rumbo claro, de andar cansado; se escuchan voces, voces que piden, venden, anuncian o ruegan, una moneda, una rosa, un espejismo, u otra vida.

Detengo mi camino solo para intentar capturar las miles de miradas; miradas que se esquivan, que se encuentran, miradas que imaginan vidas mejores reflejadas en cada aparador, miradas que desean, que anhelan un algo; miradas que solo ven el suelo frente a sus pies, pero que no encuentran un camino.

Decido apartarme de ese mundo gris, por que se que cuando un hombre no es capaz de levantar la vista del suelo, tampoco es capaz de ver el corazón del Camino.

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