Cronica de un dia feliz.

El día comenzó de madrugada, mientras comenzaba un libro
recomendación de una amiga, y el cual por diversas razones
se sentía obligado a leer. Mientras luchaba contra el abrazo
férreo de Morfeo, y el escozor en los ojos que le producía
el brillo del monitor de la lap. Sin embargo, este nuevo
libro lo llevo a un frenesí de lectura que hacia tiempo no sentía
y en este tiempo fue llevado de la risa hilarante al silencioso sollozo.

Y así rendido al cansancio, y perdido en los gratos recuerdos
que el libro trajo al corazón; Mario se entrego al sueño.

De por si, los buenos sueños, y el grato sabor de boca que
dejo el libro, eran razones más que suficiente para hacer
de este día uno memorable, pero el día no acabaría aquí.

Siendo ya las diez de la mañana, una llamada saco a Mario
de su ensueño, una invitación a desayunar a casa de una
Tía a cambio de compañía en el supermercado.

Cuando se vive solo, una comida con sabor casero es una
bendición. El desayuno: quesadillas de flor de calabaza y
champiñones por si interesaba saber.

Después de cumplir estos mandados, y de estar ya de
regreso en su casa, otra llamada telefónica traería una
inesperada invitación a cenar. Un intento de reconciliación
de una muy querida amiga.

Fue una velada intima, al principio tensa y acompañada
por pláticas vanas, sin embargo, después de haber dicho
todo aquello que se tenía que decir, la cena se volvió mágica,
y aunque la cena no era necesaria para que Mario decidiera
perdonar, fue un detalle cargado de amistad.

En conclusión, hoy ha sido unos de los mejores días del
año, y posiblemente de mi vida. (6 Octubre 2009).