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Despertar a tu lado.

Despierto lentamente, mi conciencia llega a mi con la luz de la mañanaque entra en la habitación, abro los ojos, y un milagro en mi cama y es que estas aquí.

Mi mirada te recorre tan lentamente como los rayos del sol que caen desde la ventana; intento pero eres demasiado hermosa para abarcarte en una mirada, así que simplemente decido empaparme de esa imagen de ti.

Estas ahí, desnuda en mi cama, con tu respiración tranquila, una mano bajo la almohada, tu rostro esta vuelto hacia mi, tu cabello suelto, extendido tras de ti, cayendo por esos hombros llenos de las cicatrices que en ellos dejan mis besos, estas recostada casi de lado, no parece que estés dormida, mas parece que estas pensando con los ojos cerrados… No dejas nada a la imaginación, estas cubierta solo a medias, y así divago en esa imagen de ti que en instantes pasa de ser tierna a convertirse en erótica. Un seno desnudo que se ha escapado de la sabana tan solo para deleite mío, y, aunque no la puedo ver, imagino esa, tu espalda dulcísima, lienzo de piel donde en el frenesí de la carne y de mi puño y letra he escrito tantas veces que te quiero, esa espalda que ahora quiero besar por que se estremece de frio con la brisa matinal. No puedo divagar mas, pues todo el tesoro que eres tu se encuentra oculto, solo vislumbro entre la blancura de las sabanas tus piernas, esos pilares guardianes de la gloria que se transparentan a medias llamándome, provocándome.

No puedo despertarte y terminar tan bruscamente tan bella postal, ni aun para intentar saciar mí deseo de ti. Así que simplemente dejo en tu frente un beso, cual ofrenda en el altar de alguna diosa hermosa, desconocida. Intento volver a dormir arrullado por ese remanso de calma que causas en mi vida, y cerrando los ojos me llevo a soñar esa imagen de ti.