El cuento de las estrellas

Hace ya muchos años, hubo una epoca en que no hubo estrellas
en el cielo, estas dejaron de brillar para el mundo.

Todo comenzo cuando los hombres de ciencia empezaron a
desentrañar los misterios de la naturaleza, asi murieron las
hadas, los elfos y duendes, asi murio el Dios del trueno, y
cuando los sabios empezaron a agotar los misterios de la
Tierra, algunos de ellos voltearon al Cielo, y empezaron
a matar al Cosmos, la Luna no pudo pelear y paso de ser
una deidad a convertirse en un simple pedazo de roca,
Marte callo luchando, y asi uno a uno los grandes dioses del
espacio fueron muriendo al desmitificarse sus misterios,
hasta que les toco el turno a las estrellas.

Estas viendo lo que les pasaba a sus hermanos celestes,
al ser muchas, y todas ellas mujeres, y al saber de
antemano que tenian la batalla perdida, decidieron irse
del cielo de los hombres.
Fue asi cuando la Luna perdio a sus hermanas y el cielo
nocturno quedo solo y oscuro.

A pesar de todo, muchos hombres se resistieron a creer
en lo que decian los sabios, sobretodo aquellos que
vivieron lado a lado con los dioses primigenios, los hombres
sencillos que aun regian sus vidas por las leyes de Gaia...

En una ciudad del viejo mundo, vivia un Anciano, durante
la mayor parte de su vida habia vivido en el campo,
durante las noches de verano habia conversado con la
luna, habia cazado en los bosques con las hijas de Diana,
y bailado en las fiestas del equinoccio con el Dios ciervo,
habia engendrado hijos a las nayades y silfides. Y mas aun,
durante las frias y largas noches de invierno, se habia
enamorado de una estrella, la cual correspondia a su amor
brillando siempre en el cielo para el.

Mas el tiempo habia pasado y el hombre habia dejado su
casa en el campo, se habia echo viejo y sus hijos que
vivian en la ciudad habian vendido su granja, y no habia
tenido mas remedio que irse a vivir a la ciudad.
Al haber sido un hombre bueno, su vejez transcurria
tranquila entre las risas de sus nietos y las platicas de
otros ancianos. Sin embargo su mayor alegria durante
las noches de vigilia que la edad habia traido consigo, habia
sido el ver su amada estrella brillar.

El Viejo hombre penso que su vida acabaria en medio de
la tranquilidad que el habia sembrado en su vida, pero fue
entonces cuando los sabios comenzaron a divulgar sus
descubrimientos, y todo el mundo comenzo a creerles.

Todos menos nuestro Viejo, el se nego a creer que el rayo
no fuera un dios, que los espiritus del bosque no eran mas
que inventos de gente ignorante, el siguio creyendo en
aquello con lo que habia vivido.

Lo que nuestro Viejo no sabia, era que los dioses,
las ideas y las cosas mueren solo cuando son olvidados,
cuando se deja de creer en ellos.

Un dia, nuestro Viejo, se encamino al mercado, antes de
terminar sus compras visito a un anciano granjero que
vendia fruta, ahi entre las platicas de añoranza
que mantenia con este amigo, supo que la ciencia se
habia cobrado sus primeras victimas entre sus amigos
del bosque.

Regreso a su casa a paso lento y abatido, y su animo no
mejoro durante el dia, pues al contarle a sus hijos, estos lo
llamron necio, al no haberles creido.
Cuando cayo la noche, el Viejo corrio a la ventana presa
de un panico subito, que solo se calmo al ver sobre el
cielo a su amada estrella.

Ese noche, sus estrella brillaba aun mas de lo normal, como
queriendo mostrar en ese dia mas que cualquiera, su belleza.
Pero con esa magia que solo es fruto del amor, el Anciano
entendio que era una despedida. Y asi con el animo sombrio
el Anciano se despidio de la estrella y se dispuso a dormir.

Sin embargo, un pensamiento subito lo asalto, que caso
tenia ya vivir sin su estrella, sus nietos crecian rapido y
pronto ya no lo necesitarian, el se estaba haciendo mas viejo
y cualquier dia el quedaria confinado a un rincon, convertido
en un mueble. Antes habia soportado estas ideas con la
esperanza de que cada noche ahi estaria su estrella, mas
ahora que s estrella se iba, ¿Que seria de el?

En ese momento y con mas decision de la que habia tenido
en toda su vida, salio al balcon al encuentro de su estrella,
y en un pensamiento volco todo el amor que noche a noche
habia guardado para aquel lucero, y asi envio este
mensaje conteniendo una sola idea: Te Amo, ven conmigo.

Raudo como solo un pensamiento puede volar, este atraveso
el espacio y llego a las manos de nuestra conocida estrella,
la cual, aun antes de escuchar la pregunta, envio envuelta
en amor su propia respuesta: Huyamos.

Envalentonado por esta respuesa, el Viejo tomo camino,
camino dias, sostenido solamente por la idea de estar con su
estrella. Asi llego a un bosque donde exhausto decidio parar.
Sin embargo, el esfuerzo que le habia pedido a sus viejo y
cansado cuerpo era mas del que podia soportar, y en ese lugar
supo que su muerte se acercaba.

Mientras tanto, la estrella desde el cielo observaba todo esto,
y al ver que sus hermanas ya habian abandonado el
firmamento, se sintio sola en la oscura soledad del vacio
espacio, y supo que la unica persona que para ella importaba
era aquel Viejo necio que la habia amado toda su vida. Asi que
bajo del cielo entre una lluvia de asteroides y convertida en
mortal corrio al lado del Anciano. Y ahi, a su lado, acompaño
su muerte con un beso.

Un cometa (por que han de saber que los cometas son seres
muy curiosos), habia observado toda la escena escondido
detras de la luna, y al ver morir al Viejo, corrio a contarles
a las demas estrellas lo que habia visto.

Las estrellas al escuchar la historia cayeron conmovidas,
y muchas de ellas recordando a sus viejos amores mortales,
decidieron regresar a nuestro cielo.
Sin embargo, al ver que en las ciudades ya no las
necesitaban, la mayoria de ellas decidio habitar sobre los
cielos del mundo abierto, solo muy pocas regresaron
a las ciudades, solo aquellas que habian dejado amores
que esperaban encontrar.

Todavia en estos tiempos, algunas estrellas deciden abandonar
el cielo y bajan a encontrarse con sus amados. Cuando
algunas de ellas deciden esto es cuando ocurren
las lluvias de estrellas.

¿Y que paso con la estrella del Viejo? Nadie lo sabe.

Esta historia me la regalo una anciana que hace tiempo
llego a tocar mi puerta, me la dio a cambio de un plato
caliente de comida y algunas monedas que le di.
Y antes de partir, me regalo un consejo: Mira al cielo
- me dijo-, puede que si miras con atencion
encuentres a tu estrella.

Si algun dia me ven mirando al cielo, es que estoy
buscando mi estrella.

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