Divagaciones sobre el amor y el sindrme de Estocolmo

Vendi mi alma al mejor postor, se la vendi al diablo
disfrazado de rosa, ese demonio sin condenar que
se llama amor.

La vendi el dia que que acepte sin protestar
confirmar mi sentencia diciendo Te Amo.

Ojala alguien nos dijera que toda relacion
implica un contrato, y que el dolor y el sufrimiento
que amar conlleva van escritos en la letra pequeña
que no leemos cuando decimos que si.

Pero, ¿Que es realmente esa carcel?, ¿La Persona?,
¿El sentimiento en si?, o ¿el como nos hace sentir,
el sentirnos amar?.

Creo mas bien que cada quien escoge entre esas
preguntas su propia celda, ¿en mi caso?, es la
persona, y luego tal vez, el como ella me hace sentir.
Es mi retorcida vision del sindrome de Estocolmo,
me enamore de mi captor.

No me interpreten mal, en realidad soy Proamor,
aun cuando en mi vida no he sido muy propenso
a usar los Te Amo, sin embargo con lo que no estoy
de acuerdo es con el sufrir por, con, o sin amor.

Y sin embargo, estoy dispuesto a volver a amar,
asi de temerario soy, pero tengo miedo de volverla
a perder.

No puedo huir mucho de ella, no soy lo suficientemente
fuerte para romper esas cadenas, adoro la carcel de sus
piernas, y mas adoro escuchar mi nombre de sus labios
seguido de un Te Amo, aunque desde hace tiempo no
haya vuelto a pasar.

Se que si me encierro en esta celda es por la esperanza
de escuchar de nuevo esas tres palabras.

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